Aimée Cabrera nos informa desde La Habana
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De Trinchera Cubana

Delincuencia en las calles

El reparto de Alamar, al este de la capital es uno de los residenciales con más densidad de población. Dividido en zonas numeradas, sus barriadas no cuentan, sin embargo, con la debida vigilancia de la policía.

Por este motivo, ocurren innumerables robos en los apartamentos de los cientos de miles de edificios ubicados allí. En la actualidad hay que sumar a esto, la avalancha de asaltos a personas, en las calles, y a plena luz del día.

Desandar sus calles, a veces desoladas, portando cadenas de oro, gafas de moda, o bolsos o mochilas en buen estado y de modernos diseños tientan a los asaltantes, que no pierden tiempo en arrancarlas, de forma sorpresiva, para darse a la fuga en bicicletas, motos, o corriendo por entre las callejuelas internas que parecen conocer demasiado bien, cuando nunca son interceptados.

Los delincuentes han encontrado en esta vasta zona residencial el lugar donde pueden apropiarse de objetos de valor y desaparecer con facilidad, por lo que quienes viven en este reparto y trabajan lejos de sus hogares viven con la inseguridad de perder sus pertenencias en un robo con fuerza.

La crisis económica que afecta a todos los cubanos en la Isla se acrecienta con la doble moneda, la devaluación del Peso y el alza desmedida de los precios de los artículos que se ofertan en la moneda convertible CUC. Los malhechores no quieren trabajar para ganar míseros salarios y se dedican al hurto desmedido, provocando la lógica tensión de la población.

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Policías represivos

Personas que suelen acudir a la céntrica esquina de las calles 23 y G en el Vedado, para coger fresco o merendar algún refrigerio en las noches, sienten temor de hacerlo dado el mal trato de los policías, con quienes tratan de divertirse a su manera.

La calle G, también conocida como Avenida de los Presidentes es, desde hace un tiempo, lugar de cita de grupos de jóvenes, algunos irreverentes o de vestir fuera de lo común, pero hasta ahora, a ningún agente le molestaba estos grupos atípicos.

A partir de que en el mes de noviembre, esta esquina se hiciera más famosa aún por la marcha silenciosa a favor del Internet para todos los cubanos, con la presencia de la bloguera Yoani Sánchez, y de que su esposo el periodista Reynaldo Escobar fuera agredido allí por una turba de jóvenes revolucionarios, unos días después, parece ser la detonante para que los policías estén a la caza de alguien a quien puedan reprimir.

Un joven que estaba tocando la guitarra junto a sus amigos fue interceptado por una pareja de agentes que le quitaron el instrumento musical y desoyeron a personas ajenas al grupo que se les encararon por estar en desacuerdo con dicha arbitrariedad.

Las aceras de esta avenida han sido también remozadas y quienes habitan, trabajan o estudian por los alrededores opinan que el gobierno trama convertir la esquina de 23 y G en tribuna de la revolución, lo cual conllevará a un mayor rigor policial en la zona.