jueves, 9 de octubre de 2008

DESDE CUBA

Directo desde Cuba\ reporta para "Cuba Entre Rejas"
Iván Sañudo Pupo, Agencia Libre Asociada

Gobierno niega ayuda a opositor...

Hace ya más de un año que, debido a la deprimente situación de la vivienda en Cuba, el Estado, incapaz de resolver el problema, decidió dejar esa tarea en manos del mismo pueblo, llevando a cabo una medida que llamó “reparación de viviendas por esfuerzo propio”, en la que el Gobierno asignaba, de acuerdo a la afectación, una serie de materiales de construcción a precios asequibles.

Este plan resultó satisfactorio para algunos, pero para otros como Jesús Emilio, residente en Calle Martì No 725 Apto D entre Concepción y Diez de Octubre municipio Regla, ha resultado una verdadera Odisea, pues a pesar de que se han reunido, él y su anciana madre, con representantes de los diferentes organismos encargados de facilitar los materiales, y a pesar de que éstos han ido a su domicilio y han comprobado el deplorable estado de la vivienda, siempre les comunican que tienen que ver a otra persona, y esa otra les dice que tienen que ir a ver a otra, y así, los mandan de un lugar para otro sin darles una respuesta convincente. Disgustado por estas circunstancias, Jesús Emilio recurre al Poder Popular de su municipio dispuesto a presentar su queja, donde le dicen que su problema no tiene respuesta y que no se le va a dar materiales por ser él un contrarrevolucionario.

En el municipio capitalino de Regla vive uno de los tantos opositores al régimen totalitario que impera en Cuba. Jesús Emilio Hernández Figueroa sufrió la represión desde muy temprana edad; con sólo trece años recibió su primera golpiza por parte de agentes de la Seguridad del Estado, al asistir a una manifestación popular un día después del sepelio de Luis Quevedo Remolina, un joven asesinado por la tiranía castrista el 13 de octubre de 1993.

Emilio es un joven trabajador y esforzado, a pesar de que ha tenido problemas para conseguir trabajo por el Estado, ya que él no participa en actividades políticas del régimen y por eso no es considerado confiable.
Hoy, con 28 años, Jesús Emilio es uno de los tantos afectados en Cuba por problemas de vivienda. Su casa: un humilde y pequeño apartamento con un cuarto de madera vieja, en mal estado, y comida por comejenes, cuyo techo de madera está sostenido prácticamente por tres listones puestos de forma perpendicular, y presenta filtraciones de agua cuando llueve, por lo que tienen que poner nylon para evitar que las goteras caigan en la cama.

Su madre: una anciana de 72 años, con múltiples dolencias y padecimientos médicos como cardiopatía isquémica, presión arterial baja, neuritis, padecimientos nerviosos debido a la extirpación de la tiroides y a problemas propios de la vejez. Quien vive, además, con el temor de ser afectada físicamente por el derrumbe parcial o total de la vivienda provocado por un ciclón o tormenta con fuertes vientos y lluvia, ya que vivimos en un país azotado con frecuencia por ciclones tropicales.

Hace tan solo unos días, ante la alarmante amenaza del paso por la Isla de los huracanes, primero Gustav y después Ike, Emilio y su madre se sentían muy angustiados por las condiciones de su vivienda, pues temían que ocurriera un derrumbe, y ante esta situación, decidieron pasar la noche en la casa de unos vecinos. Por fortuna para ellos, estos fenómenos atmosféricos no pasaron lo suficientemente cerca como para ocasionarles considerables daños, sólo dos tablones horizontales en los que se apoyaba el techo estaban semipartidos, por lo que el techo de madera se pandeó hacia abajo.

Emilio reflexiona: “Si estos huracanes no pasaron tan cerca y el techo casi se cae, ¿qué hubiera sucedido si se hubieran aproximado más?”
Dejo esta reflexión a los lectores, que seguro sabrán la respuesta correcta. Pero… ¿Y después qué? ¿Entraría Emilio en el plan del Gobierno para ayudar a los afectados? ¿O será que el Estado está esperando precisamente eso?
La esposa de Jesús Emilio es una joven cienfueguera de 22 años que convivió con él desde un mes antes de contraer matrimonio, el 25 de febrero de 2004, hasta que se supo que estaba embarazada, en mayo de 2007, cuando se vio obligada a regresar a su provincia por no tener la vivienda las mínimas condiciones para pasar el tiempo de su embarazo y recibir a su bebé. En palabras de ella misma: “por miedo a que el techo le cayera encima a la niña”.
Su hija: una hermosa niña que nació el 20 de noviembre de 2007, siendo víctima de un parto pre término, pues nació a los ocho meses. Esto le ocasionó problemas respiratorios, por lo que fue mantenida por casi dos semanas en una pequeña incubadora en el Hospital Materno de Cienfuegos.

En estos momentos, Jesús Emilio sufre la separación de su esposa e hija, y no puede hacer más que soportar la impotencia de no poder ver a su pequeña crecer a su lado. Emilio se pudiera ir para Cienfuegos y estar con su hija, pero teme por su anciana madre, sola, padeciendo varias enfermedades, y corriendo el riesgo de ser herida físicamente por un derrumbe.

Todo buen padre anhela estar con sus hijos, disfrutar de sus primeros besos, de sus primeras ocurrencias. Todo buen padre desea poder estar a su lado en sus diferentes etapas de aprendizaje e inculcarles los valores y principios morales que todo ser humano debería tener. Pero para Emilio esto es sólo un hermoso sueño que no podrá hacer realidad, ya que un Gobierno totalitario se ha empeñado en frustrar sus esperanzas de reunificación familiar. Jesús Emilio está siendo víctima de una injerencia arbitraria, por parte del Estado, en su vida privada, su familia y su domicilio, violándose, de esta forma, los derechos del ser humano contenidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

El opositor Jesús Emilio, debido a su triste situación, ha comunicado al gobierno de su municipio que ya que no tiene otra forma de adquirir los materiales de construcción los va a conseguir en el “mercado negro” y va a reparar su vivienda con la ayuda de varios amigos. Pero los representantes del gobierno le han amenazado con aplicarle una orden de demolición si utiliza materiales obtenidos de manera ilícita.

José Martí dijo: “la patria es de todos”, y Emilio no entiende cómo en un país donde se afirma que se siguen los pensamientos martianos, se practiquen cosas contrarias a ellos. Emilio no entiende por qué él no puede disfrutar de un beneficio que un Estado que todo lo controla está en la obligación de brindarle al pueblo. ¿Acaso él no forma parte del pueblo? ¿Por qué se le acosa y se le reprime tanto por el sólo hecho de pensar de forma diferente? A Jesús Emilio no le queda otra alternativa que seguir viviendo con el temor de sufrir un derrumbe de su vivienda, alejado de su hija, limitándose a viajar a Cienfuegos y verla sólo una vez cada dos o tres meses, a pesar de que desea visitarla más a menudo, no puede por problemas económicos y de transporte.

En nombre de los opositores de Cuba, nos unimos al sentir de este hermano que no puede ver realizado su sueño de tener a su pequeña hija a su lado, verla crecer, y participar y disfrutar de cada momento de su presencia, sólo por un capricho de un Gobierno totalitario que crucifica a todo aquel que decida pensar de manera diferente y ose exigir que se respeten sus derechos.













No hay comentarios: